Un cordial
saludos a todos los que visitan mi blog maestro en el exilio. En esta ocación deseo compartiles mi experiencia durante el día de Acción de Gracias desde Oregón. Luego de 37 años compartiendo
con mis padres, esposa, hijos y demás familiares me ha tocado compartir este día fuera de mi circulo familiar.
Según la
historia, los indios de ámerica ayudaron a los peregrinos europeos a sobre vivir en el continente americano ya que
muchos de ellos muerieron al enfrentar su primer invierno. Les enseñáron distintas actividades tales como la siembra de maíz y la pezca. Luego, de este acto humanitario, ambas
culturas se unieron para trabajar y mantener buenas relaciones entre ellos a lo
largo del tiempo.
Poco a poco fueron llegando más europeos al continente americano, con su sed de conquista. Lamentablemente, comenzaron a invadir las tierras indígenas y eventualmente asesinando a la mayoría de estos. Luego de tantos años, a mi juicio, aún perdura en este continente dicha mentalidad. A raíz de todo esto, hay quienes no celebran este día aquí en el exilio. Me han explicado que para algunos personas representa un día de mucha tristeza y dolor.
Poco a poco fueron llegando más europeos al continente americano, con su sed de conquista. Lamentablemente, comenzaron a invadir las tierras indígenas y eventualmente asesinando a la mayoría de estos. Luego de tantos años, a mi juicio, aún perdura en este continente dicha mentalidad. A raíz de todo esto, hay quienes no celebran este día aquí en el exilio. Me han explicado que para algunos personas representa un día de mucha tristeza y dolor.
Continuando con
mi historia de Acción de Gracias, semanas previas a este día, había recibido varias
invitaciones para la cena, específicamente de la familia Meyers,
Martinak y los Olivar. Con tantas
invitaciones a mi alrededor solo logré compartir un desayuno con los Olivar. La pasamos
muy bien, pude conocer a su hijo Antonio, el cual es un niño muy especial.
Luego, me dirigí a
la casa de la familia Mayers. Esta familia tiene como tradición invitar a una
persona fuera de su círculo familiar durante el Día de Acción de Gracias. Allí conocí a Tim y su esposa quienes había estudiado en la Universidad Interamericana de San Germán P.R. para el año
1995 en el programa de intercambio de estudiantes internacionales.
Fue un momento
muy divertido, lleno de muchas emociones y recuerdos. Para mi sorpresa hablaban
muy bien el español, mucho mejor que la profesora Ruth George, quien lleva toda
una vida en P.R. trabajando en la institución antes mencionada. Cuando les hice
ese señalamiento comenzaron a reirse y secundar lo que había dicho.
Compartimos
muchas anécdotas de parte y parte, en realidad fue un momento muy especial para
mí. Me sentía muy orgulloso de mis
raíces borincanas, en especial cuando te expresan lo bien que la pasaron en
nuestra isla del encanto. Como dice el dicho “ Soy boricua aunque viva en la
luna”.
Por otro lado, la
cena fue muy diferente a lo que usualmente he hecho con mis familiares. Normalmente, no nos reunimos en una mesa, si no se nos sirve la comida y cada cual consume sus alimentos compartiendo distintos temas de interés como lo son la política, chismes , deportes,
boxeo, carros, historias o cualquier tema en particular.
En la casa de los
Meyers, previo a la cena, veíamos el juego de football americano. Luego, pasamos a consumir los alimentos, todos sentados en la mesa. Les comento que el pavo estaba de “show”,
el “stuffing” excelente, la ensalada de
espinacas, papas majadas, vino y panecillos estaban fuera de liga. Le soy
honesto, me sentía tímido, no por que comía con ellos, al contrario, me sentía
muy honrado. Simplemente la cena estaba tan y tan rica que quería comer como un
búfalo!
Luego de la cena,
nos quedamos en la mesa dialogando y jugando un juego con su celular. Consistía en adivinar el nombre del X o
Y actor, película,canción entre otras cosas. Lógicamente, no participé ya que ese no es mi fuerte, pero si me reí un
montón.
Finalmente, me
marché de la residencia de la familia Meyers. Estaba muy contento por el caluroso recibimiento y la hospitalidad
de todos los allí presentes. Estoy muy agradecido por su
invitación, de igual manera por todas sus atenciones
durante ese día.
Mil gracias a
todos por leer mi artículo de esta semana. Todo comentario será muy bien recibido. Les estaré informando continuamente
sobre aquellas experiencias y vivencia desde el exilio. No olviden que me
puedes seguir a través de twitter y dare like a mi fan page en Fb.